Michelle Williams está sedienta de grandes papeles y ahora
tiene Todo el dinero del mundo para saciar su sed.
La actriz de 37 años nominada al Oscar en cuatro ocasiones
satisfizo su hambre con el intenso drama del aclamado director Ridley Scott,
basado en el famoso crimen de la vida real. En la película, cuyo estreno está
previsto para diciembre, Williams interpreta a Gail Harris Getty, cuyo hijo de
16 años, John Paul Getty III, nieto del magnate petrolero J. Paul Getty, en ese
momento la persona más rica del mundo fue secuestrado en julio de 1973 cuando
vivía en Roma junto con su madre y sus hermanos menores.
Fuera de la pantalla, Williams es una dedicada madre de
Matilda, de 12 años, hija que tuvo con el fallecido Heath Ledger. Sentada en
una suite del 1Hotel de la ciudad de Nueva York, a la sombra del puente de
Brooklyn, Williams habla sobre el estilo feroz y gratificante de Scott con sus
actores, sobre el modo en que actuar en el escenario saca su lado carnívoro, y
el maternal, a lo que ella describe como "un proceso de profundización que
me ha hecho una mejor persona en todos los sentidos, y, por lo tanto, parece
que también me hará una mejor actriz”.
Al investigar a
Abigail (Gail) Harris Getty, ¿qué te llamó la atención sobre ella?
Williams: Inmediatamente después de recibir
la propuesta para incorporarme a la película, me puse a investigar sobre ella y
miré todo lo que pude. En los videos suyos de aquella época, hay algo acerca de
su franqueza y de la precisión de su lenguaje que me resulta intrigante. Tenía
una personalidad muy directa lo que me permitió llegar a ella. En realidad, se
mantuvo entera. Demostró una fortaleza enorme.
En la situación en la que se encontraba, si perdía la cabeza o
se ponía muy sentimental, entonces no habría podido acercarse más a su
objetivo, que era recuperar a su hijo con vida. Incursionar no lo traería de
vuelta a su casa, pero mantenerse bien enfocada en sus objetivos y actuar en
consecuencia, con suerte, lo salvaría. Me pareció que Abigail era alguien que
se preocupaba mucho por progresar y mantenerse activa, en lugar de sentir y exteriorizar
sus sentimientos.
La película muestra
cómo la prensa insinuó que Gail no era una buena madre porque no era sensible.
Williams: Creo que daba para este tipo de afirmación,
pero ser sensible no le iba a servir a la situación en la que se encontraba.
Creo que ella creía que a los secuestradores les daba un argumento apasionado y
razonable, si ellos pudieran escucharla,
si ella pudiera llegar a ellos, entonces habría una esperanza. Trató de
mantenerse entera, y eso, para su sorpresa, resultó contraproducente en la
prensa.
Ella no quería que se volviese “personal”. Estaba tratando de
decir algo que surtiera efecto, que llegara a estos criminales, quería decir
algo que los persuadiera. Para hacer lo correcto. Pero eso no era lo que los
medios de comunicación querían de ella en ese momento. Querían una especie de
telenovela, y ella era una mujer muy preparada y experimentada para caer en
eso. Quería tener autoridad en la situación y que la tomaran en serio como a cualquier
hombre. Quería ser una verdadera operativa en la lucha.
Algo que unía a Gail
con la familia Getty era el miedo, ¿cierto? El miedo a perder a su hijo y el
temor de J. Paul Getty de parecer débil.
Williams: Es cierto, tanto Gail como J. Paul
Getty tienen miedo de que se aprovechen de ellos. Es una lucha entre lo
emocional y lo práctico, entre pensar con la cabeza y pensar con el corazón. La
mayoría de nosotros, especialmente si eres un padre, tomaría una decisión con el
corazón. Pero al tratarse de su suegro, Gail estaba lidiando con alguien con quien
suplicar no serviría de nada. A J. Paul Getty sólo le importaban los números. Todo
a su alrededor era financiero, nada de emociones. Ese era el territorio en el
que la familia se manejaba. Ambos tratan de proteger algo que aprecian.
En los últimos años, has
interpretado a una madre con mayor frecuencia, ¿de qué modo el hecho de ser
madre ha afectado tus papeles maternales?
Williams: Al ser madre, aprendes mucho sobre
el amor, y gran parte de las películas giran en torno a la conexión entre dos
personas, dos personajes, que a menudo involucra amor. Y como actriz, consideras
a tu personaje desde ese punto de vista: ¿De cuántas maneras puedo entender a
esta persona? ¿De cuántas maneras puedo ponerme en los zapatos de esta persona?
Creo que eso está intrínsecamente relacionado con la crianza de los hijos.
Cuando eres padre, de repente sientes que tu corazón vive
fuera de tu cuerpo y es susceptible y está abierto.
¿Cómo fue actuar en
una película de Ridley Scott? Probablemente no hay tiempo para disminuir la
velocidad.
Williams: ¡No lo hay! A veces, hacer
películas puede ser aburrido porque pasas mucho tiempo sentado. Pero no en las
películas de Ridley, básicamente tienes que venir a sus películas con el
almuerzo preparado porque no tienes descansos. ¡Tienes que asegurarte siempre de
tener suficiente comida contigo! Nadie en el set usaba sus teléfonos celulares,
nadie tenía tiempo para aburrirse ni cotorrear o hacer otra cosa que no fuera
su trabajo.
En cuanto al rendimiento, a Ridley definitivamente le
interesan sólo las cosas reales y que están sucediendo auténticamente en el
momento. Por las mañanas, cuando llegábamos al set, solía decir algo así como,
"Muy bien, bienvenidos al trabajo: las cámaras están ocultas por todo el piso,
puedes empezar aquí si quieres y terminar allí, y ¿Qué les parece si ensayamos
en la película?” Y si le gustaba, decía, “Ok, ¿por dónde seguimos ahora?” ¡Una
o dos tomas y luego pasamos a lo siguiente!
Yo estaba en el cielo. Fue el mejor momento de mi vida. Pensé:
“¡Quiero hacer esta película para siempre! ¿Cuál es la próxima, Ridley, estoy
lista?” Era como hacer una obra, como si cada escena fuera una obra de teatro. La
manera de trabajar fue genial y satisfactoria. Y luego te vas a casa sintiendo que
sabes lo que hiciste hoy: comenzaste algo y terminaste algo, y sentiste que
todo fluía.
¿Cómo fue trabajar
con Kevin Spacey y Mark Wahlberg?
Williams: Fue una gran cosa ver a Kevin llegar
al set con todo ese maquillaje increíble como J. Paul Getty, de 81 años.
Desafortunadamente, sólo comparto un par de escenas con él. Gran parte de la
película estuvimos separados, por lo que había una cierta distancia en nuestros
horarios, no tuvimos la oportunidad de conversar en el set. En verdad, sólo nos
conocimos como Gail y Getty, lo que, en verdad, fue beneficioso para la
película.
El personaje de Mark es la voz de la razón en todo el proceso.
Hubo un poco de dinámica de clase y poder entre nuestros personajes: Gail es
intelectualmente formidable, bien educada, bien hablada, pero en realidad no ha
tenido mucha cabida para ingresar al mundo de la familia Getty. En 1973, el
hecho de lidiar con los criminales y la policía era considerado como el mundo
de los hombres. Está divorciada de la familia y se encuentra en un país
extranjero con sus otros hijos a quienes debe cuidar, pero no tiene autoridad
para efectuar ningún cambio en las circunstancias de su hijo secuestrado.
Fletcher Chase es probablemente el único que la toma en serio a Gail, incluso cuando
ella al principio no lo toma a él muy
en serio.
Mencionaste que Todo el dinero del mundo te dio la misma satisfacción que
hacer una obra de teatro. ¿Estás planeando volver al escenario pronto?
Williams:
¡Estoy esperando que alguien me lo proponga! El escenario tiene un tipo de
sensación diferente al de las películas. Hacer teatro cambió mi vida; es agonía
y éxtasis de verdad.
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