jueves, 22 de junio de 2017

“MI MUNDIAL” SALE HOY A LA CANCHA GRANDE




Este jueves se estrena “Mi Mundial” en varias salas del país. Termina así un proceso de creación que se inició hace seis años, cuando un ejemplar de la novela de Daniel Baldi cayó en manos de la productora Lucía Gaviglio. Desde un primer momento supo que allí tenía un material que podía ser llevado al cine, al mismo tiempo que la historia la acercaba a experiencias infantiles y juveniles, cuando todos los fines de semana acompañaba a su hermano menor y a su padre a las canchas de fútbol infantil.


Hilvanar recursos financieros y humanos no fue nada fácil. La historia propuesta exigía articular el trabajo de actores profesionales con otros que no lo eran, porque en su centro se ubica una parejita adolescente, además de recurrir a muchísimos extras. Claro que para la futura película lo determinante fue el encuentro con Carlos Morelli, un uruguayo que vive en Berlín y de quien Gaviglio tenía referencias por guiones leídos. Un largo intercambio permitió que la adaptación fuera naciendo en Berlín y consolidándose en Montevideo. Fue entonces cuando la productora dio un paso más en su apuesta y le propuso al guionista que se hiciera cargo de la dirección.


Para Morelli la dirección supuso muchos retos. Cuando elaboró el guion fue haciendo una serie de anotaciones sobre el rodaje, con lo cual ya había establecido un paso hacia el rodaje. Pero, al igual que le ocurrió a Gaviglio, para él habían motivos personales que se le removían: un pasado como violinista precoz y brillante. “Tenía 7 años cuando la Filarmónica de Montevideo me invitó a tocar el concierto en La menor para violín de Antonio Vivaldi, una composición sencilla pero vistosa, sobre todo cuando el solista lleva pantalones cortos y el director es Piero Gamba (famoso por su muy precoz inicio con la batuta)”, escribió Morelli. “Yo tenía oído absoluto y a pesar de mi dislexia tocar el violín resultaba “sencillo”, por lo que la siguiente década de mi vida entré en el juego de la competencia, la afinación perfecta, la digitación virtuosa, los viajes, los concursos y más conciertos. A poco de cumplir 18, la presión que este complicado instrumento producía en mí fue insoportable y en un (dramático y violento) acto de liberación renuncié para siempre”.


La suerte de Tito, el niño prodigio con la pelota que es el eje de “Mi Mundial”, le tocaba muy de cerca a Morelli. Y fue imposible eludirla.


Con la cabeza del equipo estructurada, todos los esfuerzos fueron hacia la consolidación de un elenco, comenzado por Facundo Campelo, que no registraba antecedentes de actuación y fue elegido mientras estaba en la séptima de Wanderers, y Candelaria Rienzi (que sí había tenido experiencia en una producción televisiva). Ellos son la parejita central que está rodeada por reconocidos artistas profesionales, como Néstor Guzzini, Verónica Perrota, César Troncoso y el brasileño Roney Villela.


Con todo el equipo técnico y artístico formado, la producción de “Mi Mundial” asumió otro reto, bastante inédito en la cinematografía uruguaya: la de iniciar el rodaje con la fecha de estreno ya preestablecida. Así en noviembre del año pasado las cámaras comenzaron a registrar una historia para que este jueves estuviera enfrentando a su público principal: el que quizás más directamente pueda reconocer el material que la sustancia, las reflexiones que propone y las posibles cualidades artísticas que la sostienen.


Algunas voces ya se hicieron oír. La más notoria fue la del maestro Óscar Tabárez, que vio la película en una copia provisoria y quedó muy bien impresionado, lo suficiente como para que hiciera un largo y muy interesante análisis sobre ella, desgranando cada uno de los elementos que encontró. Una reflexión que más allá del juicio muy positivo que formulara, estuvo rodeada por historias de su propia experiencia, que fue asociando a medida que repasaba cada una de las secuencias del film. La base de su juicio estaba en la complejidad con que la película refleja la situación del fútbol infantil y juvenil de nuestro país.


Otras voces muy entusiastas se sumaron después. La de Andrés Scotti fue terminante en cuanto a apreciaciones, porque se sintió conmovido hasta las lágrimas por la historia de Tito Torres. Y ese espíritu también lo reflejaron los integrantes de la Selección Uruguaya Sub 20, que vieron el film en Corea, tres días antes del partido con Portugal, tras una gestión realizada por la dirección técnica ante la producción del film.

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